En Latinoamérica el Perú es el ejemplo más claro de como un país democrático, con bajo presupueso, puede salir de la pobreza a través del crecimiento del comercio, de la administración ambiental responsable y de políticas macroeconómicas sólidas.
Desde 1961, USAID ha puesto en marcha ambiciosos programas de asistencia en el Perú a través de varios sectores. Durante las últimas cinco décadas, la ayuda de los Estados Unidos ha jugado un papel fundamental en el progreso del país.
El apoyo de USAID ha permitido que el Perú pueda reducir la pobreza, aumentar la alfabetización, mejorar las comunicaciones y los sistemas de transporte, reducir la mortalidad infantil, recuperarse de los desastres naturales, lograr la estabilidad macroeconómica, consolidar la participación democrática, promover la educación, la salud, la agricultura y oportunidades económicas.
Además, USAID también ha proporcionado asistencia humanitaria para salvar vidas, promovido alternativas a los cultivos ilícitos, auspiciado proyectos de adaptación al cambio climático, y ha otorgado certificación forestal y protección a la biodiversidad.
El gobierno de Los Estados Unidos continúa trabajando mano a mano con los peruanos para enfrentar los desafíos del desarrollo y demostrar los avances logrados durante los últimos cincuenta años de trabajo conjunto.
En 2009 el Perú se convirtió en un país de ingreso medio superior con un ingreso nacional bruto per cápita de $3.990. En 2010, el PBI de Perú per cápita creció a $5,224 con un PBI total de $154,000 millones (según el Banco Central del Perú 2011), convirtiéndose en uno de los actores económicos más fuertes de América Latina.
Sin embargo, el coeficiente Gini del Perú (medición de la disparidad de ingresos) de 0,51 sigue siendo relativamente alto para los estándares de un país en desarrollo (PNUD, 2010). Aunque Perú experimentó una impresionante reducción de las tasas de pobreza, de un 54% en 2001 a 31,3% en 2010 (Instituto Nacional de Estadística del Perú, 2010), los niveles de pobreza e indicadores sociales todavía ponen al Perú detrás de muchos países de la región (Banco Mundial, 2011).
Todavía existen los retos de superar la pobreza, fortalecer la democracia, mantener el crecimiento económico impulsado por el comercio, mejorar la salud general de la población y ampliar las oportunidades económicas. Para lograr estos objetivos el Perú debe fortalecer la capacidad del gobierno para proporcionar servicios públicos de calidad, mejorar la administración ambiental y combatir el narcotráfico. USAID continuará apoyando la construcción de la prosperidad y la democracia en el Perú.
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